martes, 18 de marzo de 2014

Guerras.

Nada más nacer empezaron a aparecer las primeras batallas de la vida: la primera, la de la gravedad, intentando ponerte en pie y sabiendo que volverías a caerte durante el resto de tus pasos; la segunda, la de la amistad, aprendiendo que un amigo puede llegar a ser lo mejor que puedes tener, o incluso lo peor si se tuercen las cosas; la tercera, quizás podríamos contarla como la de la juventud, una batalla que mucha gente no toma con buen pie y que hace que cambien muchísimo en su forma de ser... Pero entre todas estas batallas siempre se aprende algo y cuando vas a luchar siempre sabes que todo puede salir bien o mal, pero no por ello te rindes, no por ello dejas de luchar, al revés, te dan más ganas de tener más batallas, de seguir en la guerra de la vida luchando por lo que quieres... y así es como se van cerrando batallas, ganadas o perdidas, pero siempre luchando fuerte y aprendiendo.