¿Tienes lo que quieres?

¿Dejarla ir? Habría que estar loco para dejar ir a una persona como ella.
¿Complicado? Por supuesto que sería complicado, de eso no hay duda y que merecería la pena si que estaba claro.
Era especial, ni diferente, ni distinta, ni rara ni mucho menos. Ella era especial, como cuando sale un arcoiris o te dan un abrazo cuando estás triste. Así era ella... Y sí, seguro que habría mejores pero realmente para qué buscar una mejor a la que no quiero si a la que quiero la tengo delante.

La marea de mis problemas.

Desapareciendo mis recuerdos recordados por fin pude sentirte cerca, como antiguamente, cuando te veía (casi a diario) en algún que otro sueño pasajero. Hoy en día ya has desaparecido completamente y he podido disfrutar de mi libertad, del ruido de las olas del mar bajo mis pies mareando todas mis dudas de donde habías estado todo este tiempo y si acaso te había ido bien, pero ya me daba otra vez igual... 
Si abría los ojos podía verla tumbada a mi lado mirándome y enamorándome en cada una de sus miradas que quería atrapar para siempre en mi retina, era otra vez esa mirada, la de te quiero pero no debo y quiero pero no puedo. Y ojalá hubiese desaparecido en ese momento para convertirse en una mirada de deseo pero me desperté... La marea de mis problemas ya me había subido hasta la cabeza (dándome resaca para mañana) y quería que volviese a la realidad un rato, avisándome de que nada era como parecía.